Presentación

           

   Estar solo es bueno, porque la soledad es difícil. Cuando algo es difícil, es una razón aún más de peso para hacerlo.
            Amar también es bueno, pues el amor es difícil. Amarnos entre nosotros: esto es quizá lo más difícil que nos ha sido encomendado; es lo supremo, la última prueba y examen, el trabajo ante el cual todos los otros trabajos no son más que un medio para conseguir el fin.
                                       
                                                                                           Rainer Mª Rilke


           Este blog quiere ser un espacio de encuentro y acogida, según las enseñanzas del Evangelio, que desarrolle en nosotros el sentido de la responsabilidad y el servicio desinteresado.
            Escuelas, grupos, trabajos sobre uno mismo, prácticas espirituales…, después de tantos años de búsqueda, puedo asegurar que son solo medios, instrumentos, atajos para llegar a Jesucristo, que es el verdadero Camino, y por fin, para mí, el centro de cuanto hago, pienso, escribo y espero.
            Todo tiene sentido si se comparte o se utiliza para servir a los demás. Como en el cuento El gigante egoísta, de Oscar Wilde; ¿de qué sirve tener un precioso jardín, si no dejamos que los niños entren a jugar en él? Entre esos niños, con ellos y en ellos, está Aquel que nos dio el jardín y la capacidad de cultivar esas preciosas flores cuyo aroma no se agota si se comparte, al contrario, se hace más intenso y fragante compartido.
El nombre del blog fue idea de mi amigo Alfonso. Me gustó desde el principio y lo acepté como un acicate para desempolvar el latín, pero me pareció que me quedaba grande. ¿Quién soy yo para proponer un camino o llevar un blog que lo propone? En seguida entendí que no se trata de proponer, sino de reconocer que Él el único Camino, en el que confluyen todos los demás, y que buscarlo o dirigirnos hacia Él es ya caminar y dar el salto hacia nuevas formas de ser y de vivir.
Camino, sendero, itinerario…,  porque somos peregrinos, y ojalá seamos capaces de vivir como tales, ceñida la cintura y encendidas las lámparas (Lc, 12, 35).
Camino del Amor, porque toda búsqueda sincera pasa por el amor y tiene como meta el Amor. No hay nada más, en realidad, para el que consiga liberarse de cuanto nos ata a este mundo y nos impide transformarnos en lo que ya somos pero hemos olvidado.
Otro detalle que me sedujo del nombre es que evoca la muerte, la contiene, la hace presente. “A mor” en latín sugiere “de o desde la muerte” o “desde el morir”. (Mori: morir; a: de / desde)
            Y comprendo que Via Amoris es un nombre triplemente acertado, completamente acertado, para lo que emprendemos:
-    Camino desde la muerte; hacia la Vida. Es necesario morir antes de morir para nacer de nuevo.
-    Camino del amor; del como pertenencia. Via Amoris que completa Via Crucis; Unidad.
-    Camino del amor; del como dirección y meta: hacia el amor.