¿Es menos hermosa la Piedad Rondanini, esculpida por Miguel Ángel al final de su larga vida, que la del Vaticano, creada en plena juventud?
Trabajó en ella hasta la víspera de su muerte, por eso dicen que es una obra inacabada. ¿Qué es una obra acabada? ¿Se acaban las obras? ¿Dónde reside la belleza? ¿Dónde el arte? ¿Quién crea? ¿Hasta cuándo se crea?
En las horas de oración, algunas veces me considero como una piedra ante un escultor que quiere hacer de ella una escultura; presentándome así ante Dios, le ruego que forme en mi alma su perfecta imagen y me haga totalmente semejante a Él.
Fray Lorenzo de la Resurrección
Es más que discutible que esa una obra inacabada. Esa en la líea de los esclavos, falsamente inacabados. Miguel Ángel deja sin terminar lo que ha terminado. La piedra atrapa al esclavo lo mismo que el pecado atrapa al hombre, que trata de escapar y a veces lo logra y a veces no.
ResponderEliminarUno -yo, por no ir más lejos- "termina" la Pietá Rindanini con sus ojos, termina de esculpirla y la hace suya, somos las manos de Miguel Ángel acariciando la piedra hasta convertirla en piel, la del Hombre que muere y la Madre que muere por su Hijo.
Es emocionante.
Eso es, por ahí va. Las respuestas son también inagotables. Es la mirada la que continúa la obra. No la mirada de los ojos, claro, sino esa otra más sutil. Como dice el zorro al principito: "solo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos". Mirando con el corazón, somos la obra y el artista, somos co-creadores. También de nosotros mismos. Gracias por los comentarios. Son muy buenos.
ResponderEliminar