10 de octubre de 2012

El Silencio III


 
                                                         Dije: “Cuando Lo vea, ¿qué palabras Le diré?"
                                                         Cuando Lo vi, perdí la palabra.

                                                                                                                 Rumi

 
TESHUVAH


Una sola palabra
que el corazón comprende
basta a veces para hallar
la paz y el sentido, el centro,
su aliento de crisol.

Una sola palabra
basta para arder sin consumirse,
en medio de la llama
el corazón, ardiendo sin quemar.

           
 

3 comentarios:

  1. Ese "tan sólo entregate a Mí", invitación amorosa de Krishna a Arjuna...

    Ese "malkutá di elaha", que se extiende por doquier y la mente humana es incapaz de ver...

    Que palabra tan silenciosa: teshuvav



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  2. Otra palabra ensordecedora de lo silenciosa que es: emunah.

    Es extraño que del germen de ternura y silencio de Jesús haya fructificado tanto ruidoso y furioso cristianismo.

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  3. Gracias, Marco, siempre bienvenido.

    Creo que la raíz de ese ruido y esa furia es la absolutización de las creencias (o de la religión). Como defensa del ego, inseguro y asustado, esa mente que es incapaz de ver el Reino, se absolutiza lo que solo es relativo (un mapa, y no el territorio).

    Durante siglos, y hasta hoy mismo, muchos pretendidos cristianos han adoptado posturas defensivas, tantas veces violentas, que revelan miedo e inseguridad. Cuando el significado de "creyente" es "quien no teme". Bendita "emunah".

    Y han existido, y existen, verdaderos discípulos de Jesús que viven como Él nos enseñó y son ya “alter Christus”.
    En Juan 14, 12-26 están las "claves".

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