Al que venza, le daré el maná escondido
y le entregaré una piedra blanca
y sobre ella habrá un nombre nuevo escrito
que nadie conoce sino el que lo recibe.
Apocalipsis 2, 17
Y en el último verso me diga
el poema imposible que espero
en qué nombre reconocerme,
un nombre transparente,
un nombre nuevo y viejo
un nombre nuevo y viejo
o un silencio.
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