Ama y haz lo que quieras.
San Agustín
Tratad a los demás como queráis que ellos os traten,
porque en esto consisten la ley y los profetas.
Mt 7, 12
Y vuelves a juzgar;
¿ha sido en vano aquel
feliz hallazgo?
Recuerda que en el otro
te estás juzgando a ti.
Recuerda que es el otro
tu imagen fiel, la cara
que el espejo no muestra,
ni la foto, ni el papel
donde a veces escribes
de espaldas al mundo,
creyendo que te escribes
y a ti mismo te juzgas,
te absuelves o condenas.
Mira hacia afuera
con la mirada limpia,
sin ojos si es preciso.
Si tu ojo es ocasión de pecado...,
ya te vas acordando.
Mira al otro,
sabiendo que es amigo
que ha venido a mostrarte
tus faltas, tus fracasos,
tu viga traicionera
o solo tu ignorancia.
Luego vuelve a sentarte
con la pluma serena en el silencio,
distingue entre las voces
del otro, de los otros,
entre las voces una,
su voz, tu voz, y escribe,
libre el corazón,
la mano, la garganta.
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